Creo que me dejó mucho qué desear el hotel, comenzando por la comida que sinceramente, de los 3 días, ninguno lo disfruté. Nos ofrecieron una "presentación de ventas" que prometían duraría 90 min y ya llevábamos 3 horas y por más que dijimos que no, seguían insistiendo, a cambio de esta presentación nos ofrecieron upgrade de un día con brazalete dorado, con el cual tuvimos acceso al restaurante japonés, que fue el único restaurante en el que la comida está decente y cabe recalcar la gran atención recibida por parte de Liliana y el Chef Wilbert, además, el upgrade incluía ir a conocer el Reef Playacar, anteriormente ya había visitado ese hotel y no era tan malo, servicio horrible sobre todo la chica que toma la órden en el snack, y la comida del restaurante igualmente era muy mala, un puré de papa que sabía a engrudo, en diferencia a Reef Coco Beach, la playa de Playacar es muchísimo mejor, en Coco Beach hay boyas y muchas embarcaciones frente al hotel que hacen que no se vea bien, el regalo a cambio de escuchar la presentación de venta, también incluía un "recorrido" a Tulum, con una empresa ajena al hotel y en general estuvo "bien", te llevan a una joyería a dar un recorrido (la joyería es quien patrocina el recorrido), luego a una tienda donde venden souvenirs con precios super inflados y posteriormente te dejan 2 horas 30 min, libres en la zona arqueológica de Tulum, lo malo: el chofer y el personal de la empresa en general SON MUY INSISTENTES PARA DAR PROPINA.