Más un hostal que un hotel, para mí. Aparcamiento grande, también para camiones. Edificio comedor pegado a la carretera, edificio habitaciones detrás. La recepción está en el primero. Por fuera parece viejo, pero dentro las habitaciones han sido reformadas. Cama cómoda, buen escritorio, bastantes almohadas. Olía un poco a cerrado al entrar, pero enseguida se pasó. La habitación limpia, el balcón no, polvo y telarañas. La persiana, a punto de romperse, dejaba pasar un poco de luz. Se oyen de fondo los coches de la carretera por la noche pero no molesta. Media pensión merece la pena por el precio, muy buena cena. Desayuno justito. Para volver.