“Un edificio antiguo precioso, por algo es posada real, con detalles de siglos pasados.
Un entorno tranquilo en un pueblo cuidado.
Solo una trabajadora para todo y todo el día y noche: recepción, camarera, cocinera, limpieza...solo faltaba que cortase el césped, que tampoco lo descarto. Por cierto, muy agradable al trato; con un poco suerte, ahora con la inteligencia artificial, los jefes podrán multiplicarla las funciones.
La habitación nos la encontramos desorganizada; pues habían cambiado……