Me encantó el hotel, las habitaciones son únicas, el acceso a ellas es muy diferente a hoteles convencionales, es una propia entrada para cada habitación, tiene su propia terraza y cada mañana te llevan café y pan, las habitaciones son realmente cómodas, conservan ese aspecto rústico pero sin dejar de ser moderno, tiene aire acondicionado y si no quieres el aire tiene un ventilador arriba de la cama, el baño es muy bonito también, sale agua caliente, tiene muchas luces, siempre te dejan garrafón con agua y un termo para que lo uses mientras te encuentras ahí, te dejan una bolsa de playa, realmente tiene muchos detalles que nunca había visto en algún otro hotel. Te respetan mucho como huésped, porque a pesar de haber Beach club, en el momento que tú llegas tienen varias camas reservadas en la playa para los huéspedes. Todo me encantó pero le doy 4 estrellas ya que a pesar de que el servicio es bueno, los costos del restaurante la verdad es que si son muy elevados, y si sentí una ligera diferencia entre el trato a los extranjeros y a los huéspedes mexicanos. De ahí en fuera, todo me encantó; la ubicación, la vista, la playa, el personal, las habitaciones.