La ubicación es buena, y para ser Oia, me parece un buen valor. Habitación amplia y muy bonita. Baño de tamaño normal, pero bien. Tiene un acceso directo al pasillo de la "zona viva", que lleva hacia el lugar en donde se ven los famosos atardeceres (lamentablemente no lo vimos porque estaba nublado). Puedes subir al techo, para buenas vistas. Justo afuera hay varios restaurantes. Hay estacionamiento y cuenta con piscina. Está ubicada como en un pequeño desvío, no tan fácil de encontrar, por lo que hay que ir pendientes. El desayuno es una cesta con frutas y pan. (Poca variedad de comida, porque son más frutas que otra cosa jeje pero abundante). Lo malo es que lo sirven tarde (9:30 am), así que si tienes planes temprano, no incluirá el pan, solo las frutas y agua. No nos brindaron café ni jugo.
Nos hospedamos en habitación con vista al jardín y lo único malo es que la puerta es de vidrio y se veía todo desde afuera hacia adentro de la habitación. Sugiero que eso se resuelve simplemente con una cortina oscura. Nos atendieron bien, pero fue muy informal la forma en que funciona la recepción.