El trato de la gente es excepcional, recepción, los meseros, los toalleros, todos sin distinción muy lindos.
Lo que no me gustó es que no limpian los cristales del restaurante, no es agradable sentarse a comer junto a un ventanal sucio.
Recomendaría también el cuidado de la playa, en la arena huele a suciedad y el mar un poco sucio, pero dentro del hotel todo excelente.